martes, 30 de marzo de 2010

Diccionario Bilingüe Ciclista-Carrilbicés Carrilbicés-Ciclista


A

Accidente ciclista. Accidente que le ocurre a un ciclista, como le puede ocurrir a cualquier otro usuario de la vía publica, por causas y responsabilidades que deben determinarse en cada caso concreto. Todo el mundo sabe que el tráfico no es algo completamente seguro. | 2. Los accidentes de ciclistas se dividen en dos tipos: los que ocurren fuera de un carril-bici, y los que ocurren dentro de un carril-bici. Los que ocurren fuera no habrían ocurrido si hubiese habido un carril-bici. Los que ocurren dentro de un carril-bici se dividen en dos tipos: los causados porque el carril-bici está mal diseñado o construido, y entonces la culpa es de los políticos, y los causados porque un automovilista no ha respetado el carril-bici, y entonces la culpa es del automovilista.

A Contramano. Práctica de circulación en bici extremadamente peligrosa. | 2. Grupo dominante en el carrilbicismo de Sevilla, que no encuentra nada extraño en que su nombre coincida con la acepción 1 más arriba.

B

Buenrollismo. Actitud característica de la moralina del carrilbicismo (y de otras sectas descerebrantes), sustentada en la creencia auténtica o fingida de que “nosotros somos estupendos, somos los más guais porque vamos en bici”, y que se utiliza para eliminar la disensión y el sentido crítico, so pretexto de que las opiniones críticas “dividen el colectivo” y “crean mal clima”. | 2. ¿Ein?

C

Carril-bici. Infraestructura a la que el folclore carrilbicista atribuye propiedades mágicas de protección, seguridad y salud. El rasgo distintivo suele ser una cierta coloración del asfalto (tradicionalmente rojo, aunque más recientemente verde), a menudo acompañada de ciertos obstáculos o barreras de función indefinida. Aparte de ésto, la enorme variabilidad en la que pueden presentarse hace dificil, por no decir imposible, una definición precisa para los ajenos a la secta. | 2. El lugar específico para la bicicleta, donde ciclistas de todos los tipos pueden pedalear con sensación de seguridad. | 3. Infraestructura que adultos hechos y derechos exigen al Ayuntamiento en nombre de sus niños para poder circular ellos como si fuesen niños.

Carril-bici ya. Interjección sin significado, utilizada en ceremonias de autoafirmación grupal para mostrar la pertenencia a la tribu carrilbicista. Suele utilizarse entre exclamaciones: “¡Carril-bici ya!”, o incluso entre varias exclamaciones: “¡¡¡Carril-bici ya!!!; a menudo la última interjección, o incluso la frase completa, van en mayúsculas: “¡Carril-bici YA!”, “¡CARRIL-BICI YA!”

carrilbicoína. (Fórmula: C4R-R17-I31-C1=Y4) Droga alucinógena de gran poder adictivo y de efectos devastadores en el sistema nervioso central del individuo. Entre sus efectos se encuentan el sentimiento de angustia si el suelo no es de color rojo (verde en algunas variantes), daños serios en la capacidad de razonamiento lógico, daltonismo semafórico, delirios de grandeza (el individuo tiende a pensar que toda la sociedad esta obligada a satisfacer sus antojos) y gregarismo masivo pseudocrítico. En algunos casos se han registrado síntomas de paranoia pasivo-agresiva (el individuo lleva a cabo conductas cuasi-suicidas con su bicicleta, a la vez que insiste en que todos los conductores están intentando atropellarle porque sí).

Cicleatón. Dícese del individuo que utiliza la bicicleta siguiendo la lógica peatonal, por las aceras habiendo una calzada al lado, entre los peatones, y porculizando peatones. | 2. ¿Ein?

E

En toda la ciudá. Segundo verso del pareado que comienza con “Carril-bici YA”. Suele ser coreado por los carrilbicistas cuando se sienten particularmente risueños y quieren demostrar que tienen sentido poético. Entre los carril-intelectuales se considera de mal gusto suscribirlo abiertamente. | 2. ¡Carril-bici!

G

G.K.B. Guardia KarrilBicista.

Guardia KarrilBicista. Pequeño grupo de individuos que han usurpado la representación de los ciclistas urbanos de la Celtiberia para promover la ideología segregacionista en relación a la bicicleta. Véase: “Vieja Guardia Roja”; “G.K.B.”; “Conbici”.

H

Héroe. Los ciclistas somos héroes por jugarnos la vida en la jungla del tráfico urbano en medio de automovilistas malandrines y asesinos. | 2. Según el discurso autoinflado de la vanidad carrilbicista, los ciclistas son héroes a pesar de que su único mérito es realizar a una actividad que les resulta práctica a la vez que placentera.

I

Inversión Carrilbicista de la Prueba. Perturbación del razonamiento lógico en las mentes carrilbicistas, que les hace creer que en lugar de ser ellos los que tienen que demostrar que un carril-bici es necesario, son los demás los que tienen que demostrarles a ellos que no lo es. | 2. ¿Ein?

K

KK. Carril-bici. | 2. La calzada.

L

Lugar de la Bicicleta. La calzada, por supuesto. | 2. El carril-bici, por supuesto. Y si no hay carril-bici, pues la acera.

N

NO. Adverbio de negación que, por una peculiaridad de la gramática carrilbiciana, no puede ponerse en la misma frase que el sustantivo “carril-bici”. En consecuencia, la expresión “carril-bici no” es incomprensible para un hablante nativo del carrilbiciano. | 2. Que carril-bici NO, coño. ¿Cómo hay que decirlo? | 3. ¿Ein?

P

Peatón. Todos, porque todos somos peatones. | 2. (Bicicrítica): Eslabón en la escala evolutiva entre el ciclista y el mono. | 3. Individuo que necesita concienciarse de la sostenibilidad de la bici y aumentar su civismo aprendiendo a respetar el carril-bici.

R

Risueño Carrilbicista. (Úsase en plural) Grupo de cicloturistas y petitorios/usuarios de carriles-bici dominante en Madrid, caracterizado por el buenrrollismo de plexiglás y por la jovial ligereza con la que suscriben cualquier idiotez que concluya en la construcción o propuesta de construcción de un carril-bici. Aunque originariamente es un grupo dedicado al cicloturismo, su ubicación en la capital del Reino ha convertido de facto a los Risueños Carrilbicistas en la representacón “oficial” de los intereses del ciclismo urbano ante las instancias del Estado, con los desastrosos efectos que están a la vista. | 2. Miembro de dicho grupo. | 3. De manera general, dícese de cualquier carrilbicista que participando de la actitud tribal de buenrollismo ciclista, utiliza el confortable sentimiento de pertenencia a la tribu ciclo-sostenible-guais para desconectar sus funciones cerebrales básicas y segregar hostilidad hacia quien las mantiene en uso. | 4. ¿Ein?

S

Segregación. Lo mejor de lo mejor para los ciclistas, porque les proporciona seguridad subjetiva y anima a la gente a usar la bicicleta. | 2. Creencia central del pensamiento mágico-supersticioso carrilbicista, que sostiene que pasar con la bicicleta cerca de un coche, igual que cruzarse con un gato negro o pasar por debajo de una escalera, trae todo tipo de desgracias para el ciclista. | 3. Concepto pseudocientífico de origen incierto, que sostiene que el mejor modo de maximizar la seguridad y la tranquilidad de los ciclistas es mantenerlos fuera de la vista y de la atención de los conductores hasta una décima de segundo antes de se se peguen un oxtión con ellos.

Y

¡YA!. Interjección que suele acompañar a la expresión “Carril-bici”. Escáneres neuronales realizados sobre carrilbicistas han mostrado que su emisión se realiza sin intervención alguna del neocortex del individuo, y que es un acto reflejo debido a la existencia en los carrilbicistas de una conexión directa entre los músculos de la lengua/garganta y los nervios del coxis. Véase: “Reacción Carril-Pavloviana”; “Carril-jaculatoria”. | 2. ¡Carril-bici!


Aprender a hablar otro idioma no es muy distinto de aprender a montar en bici.



Jamal tiene seis años y no tiene bicicleta. Por las noches, cuando la llamada del muyahidín resuena en las callejas del zoco, sueña con conducir una flamante bici nueva esquivando obstáculos camino de la tienda de su abuelo. En sus sueños ha aprendido a derrapar y su padre le ha construido un pequeño carrito para llevar cosas de un lado a otro y ganarse unos dírhams para comprar nueces y chocolate. A Jamal le encanta el chocolate.

Ninguno de los niños con los que juega Jamal tiene bicicleta propia. Su tío Mohamed, que tiene un pequeño taller a las afueras, se ha ofrecido para enseñarle el mecanismo de una bicicleta y le ha hecho un estupendo dibujo, que Jamal ha colgado en el salón, cerquita del suelo para verlo antes de quedarse dormido. Ahora Jamal sabe cómo los pedales transmiten la fuerza a las ruedas, cómo funciona el freno y en qué consisten los cambios. Pero no sabe montar en bicicleta.

Quizá si el hijo mayor de su vecina le prestase la bici un ratito podría aprender. Su primo Ibrahím aprendió así. Claro que Ibrahím no sabe derrapar, y las pocas veces que el vecino le presta la bici, el manillar le tiembla como el rabo de una lagartija que quisiera escapar y parece que en cualquier momento se va a estampar contra un puesto y organizar un buen estropicio. A Jamal le gustaría manejar la bicicleta como lo hace el recadero del zapatero, nunca lo ha visto caerse, conduce hasta sin manos y asusta a las chicas apartándose en el último momento sin rozarles un pelo.

Aprender a hablar otro idioma no es muy distinto de aprender a montar en bici. Nadie se hace bilingüe exclusivamente a base de clases de gramática, igual que Jamal no va a aprender a andar en bici a base de las explicaciones de su tío ni tampoco a base de fijarse mucho en cómo lo hace el recadero del zapatero. Aprender sobre un idioma por supuesto que puede ayudar a un mejor conocimiento del funcionamiento de esa lengua que conduzca a un uso más apropiado, pero nunca sustituirá a subirnos al sillín y caernos por haber inclinado demasiado el cuerpo o por no haber continuado pedaleando. Como muchas otras habilidades, la del uso de una lengua se aprende a base de ensayo y error. Así, por mucho que nuestro bebé vea los dibujos animados en inglés, tampoco así (sólo así) vamos a conseguir que hable correctamente inglés. Usar correctamente un idioma es una habilidad que sólo podemos adquirir de una manera activa, igual que montar en bici. Y como tantas otras habilidades, su desarrollo responde a una fórmula cuyas variables son la motivación, la aptitud y la oportunidad. Jamal está muy motivado, pero sin oportunidad no verá cumplido su sueño. Supongamos que tiene la oportunidad, que el vecino le presta la bici alguna que otra vez, entonces podremos comprobar qué tal es el equilibrio de Jamal y si tiene fuerza en las piernas… y podría suceder que tardara varios días más que su primo por alguna razón que no es la falta de motivación, sino que “se le da un poquito peor”.

De todos modos, la máxima expresión de la oportunidad es la necesidad. Si Jamal viviese en una aldea del Rif y tuviese que ir en la bici de su padre a la escuela todos los días, ¿alguien duda de que aprendería a montar?


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